Ha pasado ya más de medio siglo desde que George Gamow, uno de los pioneros y creadores del modelo del big-bang, planteara junto con Ralph Alpher y Robert Herman la idea de la nucleosíntesis en el marco de este modelo, postulando la formación de elementos ligeros durante una fase muy temprana del universo. Gamow también dió nombre a la substancia inicial de la que debió haber estado compuesto el universo en el instante de la creación. La llamó "ylem", un término procedente del inglés medieval, usado para denominar materia, que llegó al inglés del término griego υλη (hyle, madera). Para celebrar aquel trabajo conjunto, Gamow puso una etiqueta con el nombre de ylem a su botella de licor...
El caso es que el orígen griego del término ylem se remonta a hyle que pasó también a denotar materia, y de tal orígen nos ha llegado el término hilozoísmo. Se trata de una filosofía, de una concepción de la materia y toda la naturaleza que considera que está dotada de vida. El artículo inglés de wikipedia explica el concepto bastante bien: Hylozoism. Al menos en su versión más inmediata esta es una posición difícil de mantener hoy en día, pero no exenta de belleza.
Yo siempre he pensado que la física, y en general la ciencia, debe ser sentida y no sólo pensada para ser entendida. De forma muy ligera es lo que he pretendido algo con las últimas entradas. La reflexión sobre conceptos físicos es también un juego poético, la ciencia es al fin y al cabo una metáfora de la realidad, y estos están ligados a sentimientos y sensaciones. Podría hablar más sobre esto que me ha tenido ocupados mis pensamientos un buen tiempo. Pero lo mejor creo que es incitar a pensar para encontrar el propio camino hacia el cosmos - "a personal voyage" en palabras de Carl Sagan. Y la mejor forma que se me ha ocurrido es con imágenes y citas. Es curioso que una forma de calcular mentalmente es relacionando números con sensaciones e imágenes. Es el método usado por Daniel Tammet (una de las pocas personas con síndrome del sabio - inglés "savant" - capaz de explicar cómo calcula), que mencionaba en una entrevista que el número once es simpático. Creo que es sólo una manifestación de algo mayor, de una conexión espiritual y poética con la realidad.
Pero hilozoísmo es otra cosa, claro. Ya me gustaría a mí saber si el átomo de hidrógeno es simpático o no. Estoy bastante seguro que debe serlo, sencillo y simpático, con capacidad de hacer buenos amigos, algo que nos ha venido muy bien a estructuras tan complejas como nosotros.
Hace 1 semana
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