A las puertas de la Selva Negra y al sur de la maravillosa región vinícola de la Mosela en Alemania se encuentra la cuidad de Schifferstadt. A las afueras de Schifferstadt un campesino encontró un sombrero dorado enterrado en el campo en el que trabajaba un 29 de abril de 1835. Fué el primero de cuatro sombreros de oro encontrados en Alemania y Francia. Tras el sobrero de Schifferstadt vinieron el sombrero de d'Avanton en 1844, el de Ezelsdorf-Buch en 1953 y más recientemente el conocido como sombrero dorado de Berlín.
El sombrero dorado de Schifferstadt data de los siglos diecinueve o veinte antes de Cristo. A los sombreros se los considera un símbolo religioso usado por los sacerdotes de una a finales de la Edad de Bronce en Europa Central. El culto al sol estaba entonces muy extendido en Europa Central. Tres de los cuatro sombreros tienen un pedestal como ampliación en la parte inferior del cono y sus aberturas son ovaladas (no redondas), con diámetros y formas más o menos equivalentes a las de un cráneo humano.
La representación figural de un objeto parecido a un sombrero cónico sobre una losa de piedra de la tumba del Rey en el pueblo de Kivik, en el sur de Suecia, apoya firmemente su asociación con la religión y de culto, así como el hecho de que los conocidos ejemplos parecen haber sido depositados (enterrados) cuidadosamente (véase wikipedia).
Esta conexión con escandinavia la muestra también la relación con el culto al sol que muestra el carro de Trundholm:
Lo espectacular de los sombreros de oro es que en diferentes alturas tienen marcas que permiten la determinación de calendarios y la conversión entre ellos. No necesariamente fueron usados como tales, pero sí parece claro que al menos reflejan los conocimientos de la época, quizás sólo como adorno.
En esta entrada en este blog: Glaubendorf 2 y el orígen de la astronomía en Europa reflexionaba sobre los conocimientos astronómicos de los antiguos pobladores europeos quizás plasmados en los círculos existentes en el centro de Europa. Tanto los sombreros de oro como el disco celeste de Nebra muestran que los conocimientos astronómicos entre los europeos eran considerables en el segundo milenio antes de Cristo. Está por ver en qué medida parte de estos conocimientos estaban existentes ya varios milenios antes. Los círculos en el centro de Europa son un indicio de ello, aunque pruebas definitivas con descripciones detalladas evidentamente faltan.
En cualquier caso es bonito ver como estos objetos - los círculos, los sombreros dorados, el disco de Nebra - nos marcan el inicio en la línea del desarrollo del conocimiento astronómico. La historia está viva en nosotros mismos y esos objetos son en definitiva un instrumento para conocernos mejor y aprender a valorar nuestro pasado.
Hace 1 semana
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